18 abril, 2009

EN LA PLAYA

Movían al son del viento las palmeras
Sus femeninos talles al tiempo que agitaban
Con lánguido vaivén su vegetal melena.

El mar en calma, espesa alfombra azul
Mostraba la lisura de su pesada urdimbre,
Oleosa, añil y verde con flecos de blancura.

La resaca constante remangaba
Las faldas de la orilla dejando al descubierto,
Firme, rosada y tersa,
La suave morbidez de sus nalgas de arena.

Una marcada curva perfilaba
Con clara nitidez el horizonte
Como si una invisible cremallera que abrochara
El cielo con el mar
Cortaba el panorama en dos azules.

Sesteaban las gaviotas, y las olas,
En la arena al llegar se desmayaban,
Bordeando suavemente
La acrílica escasez de su bikini.

Con los ojos cerrados,
Mis manos rastreaban por los poros
Impresos en el braille
De las páginas rosadas de su piel,
Percibiendo en las yemas de los dedos
con exquisito tacto, los mensajes,
Que al mas íntimo gozo me invitaba
a través de la seda sensorial de sus contornos.

En el copo merengue de las nubes
Se hundían impulsadas por la brisa,
Como lenguas golosas los cipreses.

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