26 abril, 2009

BEBEDIZO

En dos crenchas partidos sus cabellos,
bajo la frente morena,
sus ojos, dos lirios negros,
Dos rosados tulipanes
cual rosas de terciopelo,
sus mejillas, sus labios,
frescos claveles bermejos.
Vibrantes frutos precoces,
la redondez de sus pechos.
Junco quebrado su talle,
cintas de seda mis dedos,
que al pénsil de su cintura,
como un lazo se ciñeron.
Bebió su boca anhelante
del humedal de mis besos,
la mía bebió el eraje
del manantial de su cuerpo.
Hundí el rostro en la espesura,
ávido, anhelante, terco..,
Me abrí paso entre sus flores
y ella me salió al encuentro.
Con el pomo del ariete,
rasgué la seda del velo.
y me alcé , Cid victorioso,
con la flor de su secreto.
Cuando me brindó la prenda
volamos fuera del tiempo
hasta un paraíso azul,
su cuerpo unido a mi cuerpo
por un junco atravesados.
Con las pupilas cerradas
y los labios entreabiertos
porque aún la quedaba fiebre
y a mi aún me quedaban besos.

No hay comentarios: