08 mayo, 2009

CUANDO HABIA TORMENTA

Recuerdo como el cielo se rompía
cuando cúmulos grises se alzaban sinuosos,
que reptando por los valles y las lomas,
ocultaban el sol tras los celajes.
La mies me parecía un mar de rubia espuma
mecida por el viento.
Peinada a ras del suelo
se inclinaba la hierba sin segar.
Se apiñaba el ganado en la majada,
y las yuntas,ajenas al fragor de la tormenta,
rumiaban sin cesar parsimoniosas,
el heno amarillento en los pesebres
Me inquietaba por ver a las paridas azoradas
buscando en la manada a sus retoños
que con dulce balido reclamaban
de las pubes maternas , las ubres rebosantes.
Aislados goterones eran como el preludio
del oscuro turbión que se acercaba
deteniendo el afán en la alquería.
Junto al hogar
llenaban los gañanes las horas relajadas
con tenebrosos cuentos de lobos y jaurías
mientras yo en un rincón del lar sobrecogido
tomaba lentamente ,
un humilde tazón de sopas de ajo,
volando entre el sopor de las historias.
Con la frente apoyada en el alda de mi madre,
me dormía , y soñaba,
que pardos nubarrónes reptaban sinuosos ,
aullaban agoreros los lobos en las cumbres ,
y por las corralizas, inquietos centinelas,
ladraban los mastínes.

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