Blanco
Como un copo de algodón
Suave y pequeño,
Blando sueño
Del inocente mamón
Satisfecho,
Alborear de los pechos,
Manantiales de blancura,
Que prodigan con ternura
Chorros de vida potable,
Y en vigilias amorosas
Dan a las noches en blanco
Color con sabor a madre.
Verde,
Lirón que se despereza
Y quiere,
En un pálpito constante,
Conocer
Con una sed insaciable
De saber.
Preguntón impertinente,
Inquisitivo, implacable,
Tarabilla candorosa
Que a lo puntual compromete
Pues su inocencia adorable
No entiende de subterfugios
Ni acepta lo que le miente.
Rosa,
Primavera prodigiosa,
Enigma de los instintos,
Despertar,
A un tropel de mutaciones
Sucesivas,
Metamorfosis activas
Que van conformando el ser,
Ilusión que sueña en rosa
Magnificando el amor
Y en la intimidad sucumbe
Cuando la intuición presiente
Que aportar su don sublime
Al curso de la existencia,
Es descubrir que la rosa,
Cuando a la vida se abre,
Tiene además de color,
Polen, pistilos y estambres.
Rojo,
Arrebato, frenesí,
Coraje, violencia, arrojo,
Brío que imprime en la sangre
Arrogancia, obstinación,
Y corta sin reflexión
Los vínculos ancestrales,
Cambia estilos, rompe moldes
Con un ímpetu imparable
Y en sus ambiciones caben
Las pasiones más abyectas,
Las virtudes mas sublimes,
Las culpas mas condenables,
Los proyectos mas sinceros
La actitud más deplorable,
Los sentimientos mas nobles,
Los pensamientos más puros
Y en pos de la libertad
Orada la oscuridad
Penetrando en el futuro.
Azul,
Es como una suave brisa
Que calma los huracanes,
Equilibra las pasiones,
Pone el cielo a ras del suelo
Afianza los pilares
Del amor
Formando pares.
Cobarde por el temor
De que algún suceso altere
La calma de su nidal
Rechaza el dubio inestable,
Rebelde que ya no sueña
Y vive la realidad,
Se instala en la medianía
Y el sosiego,
Porque le atrapa en su juego
La apacible burguesía.
Gris,
Batín, sillón y pantuflas,
Indolencia, ensoñación
Y siestas consecutivas,
Difumino de las tardes
Paulatinas,
Ventana de la rutina
Por donde se asoma el tedio,
Halcón que clava en el pecho
Garras de melancolía,
Nostalgia de antiguos días
Que tergiversa recuerdos,
O borra de la retina,
La esencia de los sucesos,
Invierno que se avecina
Tras los cirros otoñales,
Y llena los pensamientos
De añoranza y soledad,
Cuando el dolor hace impares.
Negro,
Luctuosa oscuridad,
Sombra que enturbia el cerebro,
Orilla de lo inservible,
Sima de la existencia prescindible
Donde el alma, sin ser, se precipita,
Abismo donde el ánima transita
Cuando llega a la noche de los tiempos,
(Tras el fatuo blasón de las exequias
Y el hábito vacío de los ritos,)
Luctuosa oscuridad donde se hace
Rasero de las riquezas
Y “humo de las vanidades”.
Reflexión,
Al traspasar del limbo los umbrales,
Y temblar,
Oyendo a la razón en el momento
De dudar,
De paso a la profunda eternidad,
si trasponer la raya es solo un hito
O es vagar
Por las sombras de un túnel infinito
Sin percibir siquiera nuestra voz
Ni el eco de otro grito,
Ni un rayo de esperanza más allá.
02 mayo, 2009
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